Novena: Octavo Dia

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Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, siervo fiel y amigo de Jesús ruega por mi que me encuentro en una gran necesidad.
Ya que la piedad cristiana te ha declarado Patrono y Abogado de las causas difíciles, ven en mi ayuda en esta gran necesidad en que me hallo.
Haz uso de este privilegio especial, que Jesús te ha concedido, y soluciona mi problema favorablemente. Todo lo espero de tu gran poder y misericordia. Así sea.

(Culto de los Santos)

La Iglesia Católica realiza actos de culto hacia los santos; los admira, los alaba, los honra, les da gracia, e implora y suplica a los Santos como lo hace Dios.
Esto es claro; y es igualmente claro y cierto que el hecho sucede de diverso modo en los dos casos y con un espíritu profundamente diferente.
A Dios nos dirigimos por su excelencia infinita, increada, trascendente.
A los Santos por su excelencia limitada, creada, participada.
Aunque en ambos casos usemos las mismas expresiones de alabanza, honor, admiración y culto, no se emplean en el mismo sentido.
Con relación a Dios tomamos una actitud de adoración de absoluta dependencia que los teólogos llaman latría.
Con relación a los Santos tenemos una actitud de reverencia e invocación subordinada al culto de Dios y la llamamos dulía.
No invocamos a los Santos para que haga las veces de Cristo, sino los invocamos para que nos ayuden a nosotros y hagan que más fácilmente consigamos de Dios, por Cristo lo pedimos.
En esta forma nació desde el principio de la Iglesia el culto de los mártires y en especial de los Apóstoles
Su recuerdo se hizo en las liturgias de la misma, como intercesores ante el Padre, por medio de Cristo.
Glorioso Apóstol San Judas Tadeo, ruega por nosotros.

Oh glorioso San Judas Tadeo, que tuviste desde pequeño la suerte de formarte en la escuela de Jesús, enséñame las virtudes que ( Pídase la gracia que se desea conseguir )
Oh Cristo Redentor, que escogiste a San Judas Tadeo, para ser depositario de tu Buena Nueva, danos el conocimiento de las verdades reveladas.
R. Te lo pedimos, Señor.

Oh Cristo Redentor, que te mostraste glorioso a San Judas Tadeo el día de la Resurrección, haz que nosotros seamos también testigos y propagadores de tu misterio pascual.
R. Te lo pedimos, Señor.

Oh Cristo Redentor, que según lo habías prometido, confirmaste la predicación del Apóstol San Judas Tadeo, con todo género de milagros en favor de los necesitados, ven en ayuda de todos los que sufren.
R. Te lo pedimos, Señor.

Oh Cristo Redentor, que favoreciste a San Judas Tadeo con el carisma de solucionar las causas difíciles, ven a socorrernos en la necesidad que nos aqueja.
R. Te lo pedimos, Señor.

Señor Jesús, que pasaste por el mundo haciendo el bien a todos y diste a San Judas Tadeo el poder de solucionar los casos difíciles, míranos por su intercesión con ojos de misericordia y atiende nuestros ruegos. Así sea.

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